AHORA RESULTA QUE EL PRECIOSO NADA TUVO QUE VER
Por el Gober Precioso
De pena ajena las declaraciones de ayer del dinosaurio mayor, Bartlett, en el sentido de culpar exclusivamente a su enemigo Madrazo por la debacle priísta.
Esta mañana, de nueva cuenta aparecen priístas marinistas culpando a todos, menos al verdadero autor de la derrota: unos le achacan a Montero; otros, a Melquíades; algunos a Moreno Valle; el resto, a Madrazo... pero muy pocos le apuntan al verdadero causante de la catástrofe.
Señores priístas, raza maldita en general: no hay cosa más estúpida —a parte de uds., claro está— que negarse a aceptar la realidad. Ya dejen de defender al imbécil precioso, quien fue el verdadero artífice de la hecatombe del domingo.
Mejor deberían ser hombrecitos y exigirle su renuncia. Todavía están a tiempo de salvar sus rancios pellejos...
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