5 DE MAYO DE 2006, SEGUNDA BATALLA DE PUEBLA
Por el Gober Precioso
La historia oficial dice que el 5 de mayo de 1862, el ejército mexicano "venció" al francés en el Fuerte de Loreto, y que "las armas nacionales se cubrieron de gloria".
Lo que no dice la historia oficial es que esa "victoria" no fue más que una escaramuza, luego de la cual los invasores sitiaron la ciudad por más de un año, bombardeándola sistemáticamente desde su campamento, en el Cerrro de San Juan (La Paz), para luego derrotarla por hambre.
Aunque no le guste a los oficialistas reconocerlo, habrá que preguntarles por qué, si derrotamos aquel día a los franceses, Maximiliano de Habsburgo se convirtió en Emperador de México... santos detalles insignificantes, batman.
Todo ese rollo lo escribo como antecedente, porque estamos ante el umbral de otra épica batalla que coincide, maquiavélicamente, con la heroica fecha.
Y la historia podría repetirse...
La mayoría de los poblanos (70%) repudiamos al gober precioso desde el día del audioescándalo. Tanto la raza maldita del gobierno fascista-marinista como el mismo precioso, se han encargado de que el odio de la ciudadanía crezca día con día.
El cinismo, el descaro, el ridículo, el escándalo, la corrupción, la deshonestidad, el espionaje, la cerrazón, la amenaza, la represión... todo se ha mezclado en un caldo de cultivo que hierve a fuego lento —a veces más intenso—, amenazando ya con desbordar su contenedor.
Y eso está por suceder.
Se respira en el ambiente; se lée en los emails; se siente en el blvd. 5 de mayo, mientras levantan y fortifican el templete.
La Segunda Batalla de Puebla está a pocas horas de ocurrir. Esta vez no habrá caballos de pura raza, ni cañones napoleónicos, ni fusiles relucientes, ni espadas desenvainadas, ni zacapoaxtlas arrojados. Carteles, letreros, playeras, huevos, jitomates, silbatinas, gritos, empujones y sombrerazos serán las armas que el poblano del s.XXI empuñará en contra del poderoso corrupto que se ha enquistado en el poder cual parásito maldito.
Poblanos, por caprichos del destino el futuro de la patria se encuentra, nuevamente, en nuestras manos.
Ésta vez, derrotemos definitivamente al enemigo. Impidamos que se refugie en Casa Puebla (paradójicamente, junto al Fuerte de Loreto), y que desde ahí organice el sitio sobre la ciudad. Evitemos que el infeliz gober precioso tenga un suspiro de descanso para lanzar su contra ataque.
No cedamos un ápice. Que se largue el precioso con todo y su raza maldita y que se convoque a nuevas elecciones.
Puebla no es botín de guerra; nunca más volverá a serlo.
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