jueves, abril 27, 2006

PEPENAN A KAMEL EN EL CROWN PLAZA

Por el Gober Precioso

Hace tiempo, les comentaba a mis amables e indignados lectores, me enviaron varios emails diciéndome que Kamel Nacif estaba feliz de la vida desayunando en el Crown Plaza. Habrá sido cosa de hace mes y medio.

Hoy, gente de TV Azteca Puebla sorprendió al rey de la mezclilla en el mismo sitio —se ve que algún mesero o comensal dio el pitazo—, acompañado, ni más ni menos, de otro de los implicados en el escándalo: Juanito Nakad, el esclavista del cereso. Al que no logro identificar es al wey de la derecha con cara de "what the fuck".

Kamel Nacif Borge, el ave de las tempestades resurgió de entre el clandestinaje y su habitual ostracismo al que está habituado. Actor principal de la trama que tiene sumergido en la más severa crisis política y jurídica la administración del gobernador poblano, Mario Marín Torres, por la presunta conjura en contra de la periodista Lydia Cacho Ribeiro.

El llamado "rey de la mezclilla" estuvo al medio día para comer con su compañero de aventuras Juan Nakad Bayeh, el empresario textilero que cobró notoriedad luego de que el pasado 14 de febrero La Jornada divulgó las conversaciones telefónicas en las que Kamel Nacif interactúa con “Juanito” para fraguar un plan en contra de la autora del libro "Los Demonios del Edén, el poder que protege la pornografía infantil", una vez recluida en el penal de San Miguel en Puebla.

Ambos personajes arribaron al hotel Crown Plaza del bulevard Hermanos Serdán, tomaron el ascensor en compañía de un tercer individuo de unos 30 años de edad y se dirigieron al Club de Empresarios.

A las 16:00 horas bajaron al vestíbulo del hotel, enfilaron rumbo a la entrada principal, siempre seguidos de dos escoltas, ataviados con trajes sastre de oscuro y otro de tono verde claro. Ahí fue en donde los empresarios fueron abordados por el reportero.

Esta es parte del diálogo accidentado, monosilábico en el que en todo momento, el interlocutor había sido “Juanito”, que presto asumió el papel de entrevistado.

- Me da una entrevista?

- (...)

- Contésteme unas preguntas

- No te vamos a dar ninguna entrevista.

- Dígame por qué no¡

- Chingáos, otra vez estás chingando.

Y cortaron los tres comensales. Con puro en mano, desafiantes enfilaron hacía la puerta del inmueble localizado al poniente de la capital.

El diálogo ya no pudo continuar por que la mano firme e intimidatoria de uno de los escoltas sujetó al reportero por la espalda al tiempo de soltar: “A ver cabrón, ya te dijimos que no vamos a dar una entrevista”.

A unos 20 metros, los libaneses intercambiaron un corto diálogo. Kamel soltó una mueca que pareció ser una carcajada. A continuación sostuvo una mirada fría y retadora al equipo de reporteros. En el hombro derecho sostenía un saco de color gris oscuro, camisa azul a rayas y enfundado en sus distintivos pantalones de mezclilla.

A las 16:15 horas Kamel Nacif y Juan Nakad abordaron un automóvil Ford Gran Marquiz modelo 1994 de color gris con placas de circulación TRL 6551. Detrás, una camioneta Suburban de color negro los siguió de cerca rumbo al fraccionamiento Las Fuentes, en donde el plácido y sonriente actor de la trama política del sexenio tiene su domicilio particular.

Habrá que ser cínico, necio o idiota, para llegar a comer a semejante lugar. Me cae que si se hubieran ido a comer cemitas al Mercado del Carmen habrían pasado desapercibidos.

Que asco de sujetos.

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