EL GOBER PRECIOSO Y EL FALSO REY
Por Miguel Ángel Granados Chapa
El dispendio propagandístico de Mario Marín, por una necesidad política generada por el entredicho en que se halla por la agresión a Lydia Cacho, lo lleva a extremos ridículos como honrar a una persona que en sus dos facetas por lo menos exagera lo que es.
La cabra tira al monte: el góber precioso no sólo sostiene amenos coloquios con un rey, el de la mezclilla, sino que el viernes pasado "se reunió con Su Majestad Drolor Bosso Adamtey I... reconocido internacionalmente por conducir a su pueblo al progreso en educación, habilitar la economía, fomentar servicios médicos y de salud, el desarrollo de vivienda y trabajo". La fotografía que acompaña a ese texto, cuya publicación fue pagada con munificencia en la prensa local y no pocos diarios de la Ciudad de México, muestra al todavía gobernador de Puebla Mario Marín sonriente y agradecido por la presencia en su estado del Rey de Shai, quien "expresó su deseo y confianza por el progreso de Puebla, al considerarla una entidad que se perfila como un ejemplo a nivel nacional, ya que en la actualidad mantiene un trabajo permanente para abatir las desigualdades".
Profundo y atrevido el monarca que embelesó al góber precioso (el héroe de Kamel Nacif) dijo verdades de a kilo e hizo insinuaciones interesantes: "Siempre es un privilegio conocer a otras personas y siempre digo que cualquier persona que tú conoces puede enseñarte algo; el mundo es nuestro salón de clases y la vida nuestra experiencia, y al conocerlo a usted este día he aprendido algo y aprenderé mucho más; espero que nuestra reunión no termine aquí y nos lleve más allá de su oficina".
Marín gasta fortunas en difundir los actos en que participa, cualquiera que sea su naturaleza y relevancia: ya lo vemos inaugurando biodigestores municipales, ya cortando el listón de una feria del hogar local, ya entregando la bandera mexicana a Genaro García, apodado Poblanito, en trance de disputar el título de peso gallo según el Consejo Mundial de Boxeo. Como es natural, ayer su oficina de prensa se afanó en presentarlo en la reunión que varios ejecutivos locales mantuvieron con Felipe Calderón. De creer esa propaganda no hubo en Metepec propuestas más trascendentes que las expuestas por el amigo del Rey de Shai.
Especialmente desde que se conoció su papel en la urdimbre delictuosa para lastimar y castigar a Lydia Cacho, el góber precioso busca contrarrestar su desprestigio con profusa difusión pagada de sus ires y venires. Recuérdese que la Suprema Corte de Justicia mandó ampliar la pesquisa sobre la violación a las garantías individuales de la periodista, precisamente para que se indague el papel del gobernador en la trama contraria a los derechos humanos y la democracia. De allí que Marín busque ser avalado como si se tratara de un gobernante ejemplar. Sólo que en este caso se le pasó la mano, porque el Rey de Shai es un charlatán.
Ghana es una república, cuya estructura jurídica no admite estados regidos por monarcas coronados. Shai, en efecto, es una región en el oriente de aquella nación, cuyas colinas son un atractivo turístico. Pero no goza de una autonomía tal que le permitiera ser gobernado por un rey y menos uno especializado en "el progreso y desarrollo del estado de Shai en Ghana". El presunto dirigente (que fue también recibido en la legislatura local, donde embaucó a los diputados con una conferencia, y en la alcaldía, donde apenas se cree que un ex rector universitario como Enrique Doger no se percate de la superchería a la que se avino) mantiene una doble personalidad.
Nacido en Asamankese, dice de sí mismo haber sido coronado en 1999. Y en la página de internet de su advocación regia se ufana de que "sin duda el reinado y el liderazgo santo fueron parte de su destino", que presumiblemente consiste en "guiar al Consejo de reyes en desarrollar estrategias que mejoren la vida del pueblo en Shai y el estado de Shai. Como su único portavoz, su sabiduría y consejo son vitales en marcar el curso del futuro en esta región".
En tanto que rey, se hace llamar Drolor Bosso Adamtey I. Pero esa es sólo la mitad de su personalidad. La otra es ocupada por el doctor Kingsley A. Fletcher, un predicador religioso con extrema habilidad para combinar los intereses celestiales y los terrenales. Está casado con una mexicana cuyo primer nombre es Martha. Forman una pareja privilegiada según se aprecia en este informe oficial: "En 1983, cuando este matrimonio viajaba de Londres a México, Dios les habló diciéndoles que dejaran un ministerio exitoso localizado en Inglaterra para luego establecer una iglesia en Estados Unidos".
Conforme a ese mandato divino, los señores Fletcher (¿o el Rey y la Reina?) fundaron en 1985, en Research Triangle Park, Carolina del Norte, la Life Community Church. Antes de hacerlo, reza la página de esa iglesia, "el doctor Fletcher ya había viajado extensivamente como misionero evangelizador y había establecido más de 200 iglesias a nivel mundial".
La Life Community Church (Iglesia Vida en Comunidad) es sólo una porción del vasto conglomerado regido por Fletcher, identificado con la denominación Kingsley Fletcher Ministries, que incluye iniciativas que vinculan las dos caras del predicador-rey: Hope for Africa, Inc., por ejemplo, fundada en 1993, asegura participar en la distribución de medicamentos, no sabemos a qué título. La división crediticia, sin embargo, es la más llamativa. Se llama Covenant Community Credit Union, que ofrece una modalidad amplia de negocios. Un ejemplo son los títulos emitidos por su versión hispana, la Cooperativa Comunitaria Latina de Crédito, todo lo cual opera en un amplio conjunto arquitectónico, el North Carolina Minority Support Center.
¡Así son los amigos del góber!
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