EL AVION... EL AVION!!!!
Por el Gober Precioso
Desde ahora, todos los poblanos llamaremos al gober precioso Tatú, pues parece que, como al enanito de la Isla de la Fantasía, al infeliz precioso le gustan esos caros juguetitos que vuelan y transportan personas llamados aviones:
Dios es mi Copiloto (el Extraño Caso del Gobierno sin Avión o del Avión sin Gobierno).
Todo mundo sabe que el gobierno de Mario Marín Torres está lleno de aviadores, lo que no significa que en su hangar haya un avión o cosa por el estilo.
Las anécdotas en este tema son múltiples y variadas.
“Quesque Marín viajó en un avión a la reunión de la Conago”, reza la columna oficiosa.
“Quesque el gobernador baja de un avión para subir a otro”, completan las hermanitas.
Lo cierto es que ni Marín ni Melquiades Morales ni Manuel Bartlett han tenido en el hangar del gobierno ni siquiera una avioneta.
(Cuentan que quien sí se dio el lujo de comprar un avión —no con su dinero— fue Guillermo Jiménez Morales, pero el gusto le duró un sexenio).
El caso es que en diversas ocasiones el gobierno del estado ha adquirido partes de avión a la empresa Cooper Aviation para un avión inexistente.
Y ahí están las facturas como pruebas fehacientes.
Tres ejemplos:
El 16 de abril de 2005, la administración marinista compró partes por 43 mil 560 pesos.
Un mes después, según la factura 5913 de Cooper Aero Partes de México, fueron adquiridas siete piezas que nada tienen que ver con los helicópteros —éstos sí— propiedad del gobierno estatal.
El monto de la factura es elocuente: 11 mil 380 pesos.
Ese mismo día, pero ahora a través de la factura 5914, los dueños del avión inexistente compraron partes por 19 mil 892 pesos.
¿Qué ocurrió?
La historia no tiene pierde.
Pueden leer la historia completa en la columna de Mario Alberto Mejía. Aquí les pongo las facturas.
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