SATIRICAS A LA VANIDAD MARINISTA

Por Catón Poblano

Poblanos necios que acusáis
al buen góber, sin razón,
sin ver que sóis el ladrón
de la honra que insultáis.

Si con ansia sin igual
solicitáis su cabeza,
¿por qué queréis que abra ésta,
si le invitáis coñac?

Combatís su resistencia,
y luego, con necedad,
decís que fue Don Nacif,
el que hizo la diligencia.

Parecer quiere Plutarco
a Juárez en su hidalguía;
poblano ahora en tu vida,
dádle de triunfo un arco.

Queréis, con presunción vana,
del mandatario su aliento,
olor a coñac traiga el viento,
que Camel lo dio por lana.

¿Qué sexo puede ser más raro,
que el que, falto de las bellas,
acuda a lindas botellas,
y siente que no se oye claro?

Con audio y conversación
tenéis condición igual,
quejándoos, si se oye mal,
riéndoos, en su reproducción.

Opinión ninguna gana;
Meneses si la recata,
la de Zavala, es ingrata,
y si os admite, pecata.

Siempre tan necios andáis,
que, con desigual nivel,
al góber culpáis por cruel
y Lydia por santa tenéis.

¿Qué política templada
es la que vuestro ser pretende,
si la que es honesta, ofende,
y la de Cacho, es la que agrada?

Mas entre el coñac y el audio
que vuestro gusto prefiere,
al ser mentiras os hiere
quejaos de un modo más raudo.

Dan vuestras nutridas marchas
a sus movimientos alas,
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy hachas.

¿Cuál mayor culpa ha tenido
en una conversación grabada:
el que cae por pendejada,
o él que a entregarla ha ido?

¿O quién es más de culpar,
aunque mal lenguaje hable:
el santísimo héroe Cámel
o el góber que va a chupar?

Pues ¿para qué os espantáis
del audio que escucháis?
Borradlo cuando queráis
olvidadlo cuando deseéis.

Dejad ya de solicitar,
una renuncia falaz,
e incólume la bella faz
del góber ha de brillar.

Bien con hartos medios fundo
que absurda es vuestra razón,
mi mandatario tiene a Sicom,
a El Sol de Puebla en el mundo.