VERGÜENZAS INTERNACIONALES Y DESLINDES NACIONALES

Por José Ramón López

Este gobierno estatal -no sólo el gobernador- ha ganado ya un lugar en la historia negra del país. Jamás podrá sacudirse su nueva imagen de gobierno corrupto y autoritario. ¿Cómo podría hacerlo, si las grabaciones que señalan la corrupción y el autoritarismo son contundentes? Y los medios, analistas y asociaciones civiles dentro y fuera de México que así lo ven son muchos y muy importantes. Amén del New York Times y El País, hay dos ejemplos recientes del mayor impacto. Como en la aldea no se conocen y los paleros del gobierno creen hacer creer que el problema se acabará, aquí los transcribo.

El diario francés Le Monde dijo al mundo sobre el caso Cacho-Marín-Nacif:

"un escenario digno de Hollywood. Una periodista autora de un valiente libro sobre una red de pederastia es llevada a prisión, amenazada de violación e inculpada de difamación. El demandante, un influyente industrial, manipuló todo corrompiendo magistrados y policías con la ayuda oculta de uno de sus amigos, el gobernador de un estado".

"El señor Marín se dice víctima de un montaje y de maniobras electoreras. Bajo la amenaza de sanciones administrativas obligó a los funcionarios de Puebla a desfilar en su favor".

Por su parte, DATAMEX, importante carta de análisis coyuntural sobre México editada por el Instituto Universitario Ortega y Gasset (Madrid) y dirigida por la reconocida académica María Antonia Martínez, circuló entre la intelectualidad y el empresariado europeos con un texto de Armando Román Zozaya, profesor de economía en la Universidad de Oxford y columnista de El Financiero, que les hizo saber que:

"Nacif, Marín, la Procuradora de Justicia del estado de Puebla, una juez y varios policías habrían, entre todos, orquestado y ejecutado la detención irregular de Cacho (no se le notificó que estaba demandada), su vejación y hasta su violación (a manos de mujeres homosexuales) una vez que entrara a prisión: todo con el fin de que Nacif pudiera dar satisfacción a sus ímpetus de venganza por el oprobio de Cacho (...)".

"Hasta aquí, lo sucedido era ya terrible y ameritaba, por lo menos, que el gobernador de Puebla pidiera licencia y se designara una Comisión Investigadora que aclarara lo sucedido. Pero una vez que se dieron a conocer las grabaciones, el gobernador Marín (el "gober precioso", como Nacif se refiere a él en una conversación) no sólo no pidió licencia sino que negó que sea su voz: mintió, cínicamente, pues ahora ya está claro que sí es él. Por si fuera poco, Marín convocó a una manifestación pública, en Puebla, en su apoyo (a la cual acudieron priistas acarreados)".

"No puede ser que Marín quede impune ante lo sucedido: le costará porque tendrá que irse del gobierno de Puebla y probablemente se le finquen responsabilidades (...) incluso si no se va, su carrera ha terminado: su descrédito es tal que, hasta en México, donde desgraciadamente todavía prevalece una cultura que condona la corrupción, es un político sin futuro".

El desprestigio del gobierno poblano en México y el extranjero es inmenso e irreparable ya. Sólo en la aldea hay quienes aún intentar hacer creer que se pueden controlar los daños y corregir el camino. Imposible. El mismo Madrazo y la elite nacional priista lo saben. Tarde, pero la identificación entre políticos del viejísimo nuevo PRI ha dado paso a la racionalidad política. Es decir, en este caso, al deslinde político con motivos electorales. Ahí está la reacción inevitable de Enrique Jackson pero también las de Rosario Green, Manlio Fabio Beltrones y Jorge Chávez Presa, tres de los más cercanos colaboradores de Madrazo. El jueves pasado, en el programa En Contexto, conducido por Pablo Hiriart y Jaime Sánchez Susarrey, la Secretaria General del PRI (una mujer cuya brillantez es opacada con su colaboración con el obscuro Madrazo) dijo simplemente "no poder defender lo indefendible". Tal fue también la declaración de Beltrones a unos reporteros locales. Por su parte, el consejero económico de Madrazo escribió en El Universal un duro, revelador y relevante artículo intitulado "Cómplices preciosos", en el que sostiene que:

"Francamente lo que da miedo es constatar lo lejos que se encuentra el país para actuar conforme a derecho. Todavía nos falta mucho para aproximarnos a ese ideal que llamamos justicia.

Simplemente es repugnante saber que el poder político está al servicio del mejor postor. El encargo de aprehender en otra entidad federativa a una periodista valiente que ha expuesto su vida por denunciar a una red internacional de pederastas pone al descubierto una privatización del poder público. Afortunadamente, en esta ocasión se pudo movilizar a la opinión pública para que prevaleciera el interés público.

Esta infamia a la sociedad en general y a Lydia Cacho en lo particular se pudo detener gracias a que el contenido de unas grabaciones pudo trascender de un medio escrito, en esta ocasión La Jornada, a los medios electrónicos de proyección nacional.

Estas últimas conversaciones grabadas pusieron al descubierto la debilidad de las instituciones relacionadas con la procuración de justicia. Le tocó su turno al estado de Puebla. Hubo el material y un gobernador que, primero por entrevista sostenida vía telefónica, y luego en el estudio, no supo asumir su responsabilidad y ofrecer una disculpa ante una evidencia incuestionable por su contenido y sonido, aunque fuera ilícita la manera como se consiguió. ¿Pero cuando no exista video ni grabación? En qué endeble posición está el ciudadano común y corriente".

(El artículo es del 23 de febrero y puede consultarse en el archivo electrónico de El Universal. Vale la pena hacerlo).

No cabe duda: una vez desatadas, la soberbia, la ambición y la ignorancia de varios marinistas de primer y segundo nivel, destruyeron con excepcional prontitud un gobierno estatal que, hasta donde podía verse a un año de funcionamiento, seguía siendo beneficiario de la duda. El mero hecho de haber surgido en contraposición a los deseos e intereses directos del gobernador saliente parecía ser reconocido por el gobernador entrante como una obligación para adoptar algunas nuevas formas de gobernar y hacer política. Lamentablemente, no fue así en el fondo. O no lo fue por mucho tiempo. Cuando fueron desatadas la soberbia, la ambición y la ignorancia.

Con la ayuda de las vergüenzas internacionales y los deslindes nacionales, ningún marinista puro tiene futuro político. Ese hecho es en sí mismo no sólo una invitación al deslinde sino a la defección: ¿por qué y cómo seguir trabajando para quienes en un futuro no tan lejano ya no podrán dar trabajo alguno? En estos momentos, para el grueso de los políticos locales, salir del PRI es una oportunidad de salir adelante.