REPROBADO EL GOBER PRECIOSO
Por Rodolfo Rivera Pacheco
La calificación y nivel de confianza que los poblanos le otorgan al Gobernador Mario Marín continúan en números reprobatorios, en una escala del 0 al 10, como producto del escándalo Cacho-Marín-Nacif, y que ayer justamente cumplió un mes de haber estallado.
Eso es lo que demuestra nuestra última encuesta (BEAP), levantada los días 8 y 9 de marzo a nivel municipal y a una muestra representativa de poblanos.
La primera pregunta aplicada la hemos venido haciendo desde que el Gobernador tomó posesión y es: "En una escala del 0 al 10, ¿Qué calificación le da a Mario Marín como Gobernador?". Los resultados saltan a la vista.
La calificación del Gobernador hasta la fecha del levantamiento, fue de 4.61, prácticamente la misma que en el anterior ejercicio (22 de febrero).
Lo importante, como habíamos explicado anteriormente, es comparar las muy buena notas que obtenía Mario Marín ante los poblanos hasta antes del escándalo y cómo descendieron las mismas como producto del fenómeno explotado por los medios (y que hoy en día continúan comentando y recreándose en él).
No cabe duda. Quien haya planeado la filtración de las grabaciones, nunca imaginó que el asunto resultara tan impactante ante la opinión pública. No hubo medio nacional que no se subiera al tema y, repito, es el día en que no termina.
Y es que el gran problema de los estrategas del gobierno del Estado es que no han comprendido que el tema lo siguen subiendo a la palestra ellos mismos y con muy poca fortuna, por cierto.
La creación de la mentada Fiscalía Contra Pederastas simplemente provocó que nuevamente los medios se burlaran y atacaran las supuestas buenas intenciones de un Gobierno que mejor debería abandonar de una buena vez el tema, si no es que quiere que lo sigan denostando. Y lo peor, la transmisión del spot que supuestamente fortalecería la campaña, fue igual de desafortunado.
Creo, sinceramente, que los mejores difusores de la mala imagen del Gobierno del Estado son, paradójicamente, sus propios estrategas de comunicación.
Y es que la siguiente pregunta que realizamos esta ocasión también, fue: "En una escala del 0 al 10, ¿Cuánta confianza le inspira el Gobernador Mario Marín para resolver los problemas de Puebla?". Y en este cuestionamiento, los poblanos le otorgan un 4.29.
Ciertamente, casi un punto arriba con respecto a la misma pregunta de nuestra encuesta anterior, pero sigue estando en calificación reprobatoria.
Lo cierto es que pasará mucho tiempo antes de que el Gobernador y la Institución que representa, recobren la imagen que poseían hasta antes de los escándalos. La única manera de hacerlo será poniéndose a trabajar y dejar de meterse en problemas ellos mismos.
Porque al parecer, la conclusión de la Suprema Corte, según notas periodísticas (nada oficial aún , pues) será la de desechar el caso por no ser un asunto que afecte el interés nacional. Eso significaría que no habrá argumentos legales de peso para que el asunto siga siendo motivo de solicitud de licencia del Gobernador ni nada que se le asemeje.
Y efectivamente (lo dijimos hace varias semanas), el tema, jurídicamente hablando, iba a resolverse de esa manera. El problema es el de la imagen, que, repito, costará mucho trabajo e inteligentes estrategias, para restaurarla.
¿Lo lograrán antes de las elecciones del 2 de julio?
jriverp@yahoo.com
AL MARGEN
Ya viste, mi gober precioso, cómo no levantas ni con grúa?Rodolfo Rivera Pacheco opina igual que yo: tus asesores son unos idiotas, unos verdaderos animales que lo único que han logrado es que espacios como éste tengan un rating fuera de lo normal. Han hecho de ti una burla nacional y tu fama te perseguirá hasta la tumba.
Si bien el autor tiene razón respecto a la Corte, cómo le vas a hacer para seguir gobernando a un estado que te ha dado la espalda? Cómo lograrás recobrar la confianza perdida?
Yo te aconsejo que, al menos, te apartaras del cargo hasta que la Suprema Corte defina tu situación, pero eres tan necio que me seguirás dando material para el blog.
Por eso eres mi héroe, no cambies nunca, chingao.
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