ALIANZAS PATRIARCALES
Por Lydia Cacho
Gobernadores de todo el país se preparan para conmemorar el Día Internacional de los Derechos Humanos de las Mujeres. Entre discursos y conferencias se hablará sobre toda suerte de asuntos relacionados con la “condición de las mujeres”, se harán laudos del heroísmo y la mítica bonhomía femenina. Son los mismos que en la Conferencia Nacional de Gobernadores, encabezada por el Secretario de Gobernación, dan el espaldarazo silencioso a su colega Mario Marín.
Han pasado 22 días de que México escuchara de la propia voz del gobernador constitucional de Puebla, Mario Marín, su voluntad gozosa para poner el aparato de justicia en manos de un protector del crimen organizado, para dar una lección de silencio a las y los periodistas mexicanos. Ya 22 días de haber escuchado a Juanito Nakad coordinarse con el director de la cárcel, la juez, la procuradora y las presas peligrosas, para asegurar mi castigo, mi violación y tortura.
Hemos escuchado dos canciones de hip hop y rap mofándose del mandatario y su heroico flagrante acto de corrupción. He visto magníficas parodias del cinismo consagrado. Mis amigos me saludan con el apelativo preciosa, y a la menor provocación nos ofrecemos dos bellísimas botellas de Cognac. Sólo en Cancún han pagado más de 300 mil pesos a reporteros corruptos para intentar descalificarme en los medios.
Han pasado 82 días desde que fui arbitrariamente detenida y encarcelada por haber escrito un trabajo periodístico que delata una red de pornografía infantil y crimen organizado, hoy ratificada por la Procuraduría General de la República. Han pasado 74 días de haber recibido el auto de formal prisión en la ciudad de Puebla, y dos firmas en la cárcel de Cancún, acusada de difamación por Kamel Nacif Borge por dañar “su buena reputación pública”.
He dado 184 entrevistas a medios nacionales y extranjeros; he pagado 300 mil pesos de abogados y fianzas. 40 mil personas solidarias marcharon en Puebla contra la impunidad y para pedir justicia. He recibido más de 500 correos electrónicos de solidaridad, y se han vendido 30 mil ejemplares de mi libro Los demonios del edén. Me han ofrecido candidaturas a diputada, senadora, reina del carnaval, mujer del año, conferencista magistral y refugiada política de tres países.
He admirado el profesionalismo y la solidaridad de mis colegas periodistas, que no me han dejado sola ni un minuto, y han seguido la pista de los criminales. He recuperado la fuerza física y emocional con las miles de mujeres y hombres de redes feministas y de derechos humanos que no dejan pasar un día sin recordarme que no estoy sola, ni en la comprensión de la ignominia, ni en el deseo de justicia. Han aumentado a cinco los agentes federales que resguardan mi vida y el vehículo blindado que me adjudicó la agencia contra el crimen organizado de la PGR es blindaje tipo 7, el máximo.
Detrás de esta historia, o delante de ella, hay casi 200 niños y niñas mexicanas que en silencio pierden el sueño al saber que su historia de abuso, explotación y terror en Cancún se ha convertido en un escándalo y cotorreo nacional. Han pasado ocho días desde que una de las sobrevivientes, abusada desde los siete años y hoy con 18, me dijo por teléfono: “tú nos dijiste que algún día habría justicia, y mira cómo estás. Mira lo que te hicieron. Cuando oí la voz de Kamel en la radio me acordé de por qué ya no quise regresar al Ministerio Público en Cancún; ellos tienen más poder que Fox”.
En el marco de la conmemoración del Día Internacional de los Derechos Humanos de las Mujeres, el secretario de Gobernación, Carlos Abascal, en una reunión de la Conago, se pronunció en contra del espionaje telefónico, sin mencionar la persecución y la tortura en la que coadyuvó un gobernador constitucional, para defender y proteger a un pederasta confeso, omitiendo las voces de las víctimas de las que yo fui eco. Allí mismo, el gobernador de Aguascalientes, Armando Reynoso Femat, interrogado sobre el recibimiento que los mandatarios dieron al priista Mario Marín en esta reunión, aclaró que es “amigo personal” del gobernador de Puebla. “Mi posición es que la libertad de expresión debe estar vigente, y debemos hacerla manifiesta en hechos concretos..., pero desde luego Mario Marín también requiere de un apoyo solidario de parte de nosotros como compañeros de gobierno, y que pudo haber habido un mal momento y una etapa difícil para la cual se requiere de aliento, no solamente apretón de manos, sino de estímulo para sacar una enorme responsabilidad de hacer un buen gobierno”. Expresó el panista que Mario Marín “ha hecho un extraordinario trabajo en el estado de Puebla, y a fin de cuentas son los ciudadanos de esa entidad quienes pueden juzgar estoÉ Yo hablo como amigo de Mario Marín”, insistió. El gobernador de Aguascalientes pidió entender la condición humana de su homólogo poblano; “podemos cometer errores, y a veces esos errores son horrores”.
Son ya 20 años de la creación y fortalecimiento de la red de pornografía infantil y lavado de dinero representada en Cancún por Jean Succar Kuri, protegido de Kamel Nacif Borge y poderosos políticos. Luego de que miles de vidas de criaturas y sus madres y padres han sido destrozadas por el comercio sexual forzado, la desaparición y el tráfico de menores; con la prueba de 12 diálogos públicos de solidaridad del estado poblano con el crimen, está ausente el juicio ético de Abascal, encargado de la seguridad nacional. Mientras el gobernador panista convoca a una visión humanitaria de un acto delictivo. El cohecho, la colusión de servidores públicos, la complicidad para la tortura y la violación a las garantías constitucionales para proteger a la pornografía infantil, no es tema para la Conferencia Nacional de Gobernadores.
Mientras políticos de todos los partidos usan el nombre “Lydia Cacho” para mostrar su “sensibilidad”. Apenas unos cuantos salen del ámbito de la cobardía y la complicidad misógina y corrupta, para analizar el tema de fondo con seriedad y respeto a todas las víctimas del crimen y la corrupción. ¿Cuántos se harán cómplices sigilosos de la violencia contra las mujeres y niñas? Propongo que contemos sus nombres y apellidos. Así conmemorar nuestros derechos.
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