miércoles, septiembre 20, 2006

CENSURA EN PUERTA

Por el Gober Precioso

Un asiduo lector del blog me envía este email que no sólo me indignó, sino que me da a entender que el precioso y toda la raza maldita no aprendieron ni una puta madre de todo este escándalo:

¿Qué pasa, papá?

Hoy en la mañana se escuchó a Mario Alberto Mejía y a Arturo Rueda despedirse de la radio. ¿A poco Marín ya regresó a las andadas? Perros infelices vayan a censurar a la más vieja de su casa.

No puedo dejar de creer que esos cabrones de los marinistas ya mandaron a comprar, con dinero público, los espacios radiofónicos y todo para qué: para seguir en una Puebla Preciosa.

Y no es que lo diga yo. Escuché a Mario Alberto y a Rueda decir que se van de la 10.10 del programa que sale a las 8:30.

Dale pa' tras papá.

Pinche enano ya nos chingaste, regresaremos a escuchar a Montero Ponce, qué poca madre, mi rey

De qué se trata, grandísimas bestias?

Así muestran su sed de venganza?

Están molestos porque los ministros de la Suprema Corte no les cumplieron?

O hay un trasfondo más allá de esto?

Será que ya lo tenían todo planeado porque sabían de antemano que la Corte exoneraría al precioso?

Sea como haya sido, no cabe duda que ya no funcionan muy bien las sinapsis en tus neuronas, mi gober precioso. Esa es una de las primeras manifestaciones del exceso de alcohol.

Vaya desde aquí mi absoluta solidaridad con los apreciables Mario Alberto Mejía y Arturo Rueda. Sin ustedes, la radio poblana regresa al paleolítico.

Qué poca madre.

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