ALÍ BABÁ EN EL AYUNTAMIENTO
Por Tartufo
Diario Cambio , lunes 7 de agosto de 2006
Los Conjurados.
Erika Rivero Almazán
losconjurados76@hotmail.com
Mordidas millonarias en el ayuntamiento
Fuga.Una suculenta y tentadora fuga de recursos por millones de pesos es el manantial inagotable para un puñado de funcionarios municipales. Pero sus tranzas son tan obtusas y obvias que en cada movimiento desperdigan pistas que evidencian la estela de corrupción que dejan a su paso.Como un hampón de medio cachete.Igualito a un don Corleone tercermundista: extorsiona y vende protección, inmunidad, a cambio de una cuota mensual de 4 a 6 mil pesos.La cosa es pareja para todos los negocios de la Angelópolis.
El jefe del departamento de Registro y Fiscalización (antes dirección de Normatividad), a cargo de Víctor Téllez Vivanco, es el responsable.Claro, el personal sólo obedece órdenes, de lo contrario, es despedido inmediatamente.Sin contemplaciones.Mano dura, por supuesto.Y discreción a prueba de balas.Eso, o la calle.Y como toda corporación, existe el grupo privilegiado por el jefe: el grupo Swat, tal y como se autobautizaron Marco Antonio Jiménez, Fernando Nava y compañía.Los Swat son los responsables de recorrer los bares, restaurantes, discotecas y antros en general, así como los negocios turbios de la 46. A veces, también, hasta baños públicos.
El resto del personal, se divide el resto: ferreterías, misceláneas, talleres mecánicos, mueblerías, bodegas, fábricas, industrias, y todo, todo negocio que pueda ser exprimido, sometido, extorsionado.Las cantidades extraídas por mordidas a los negocios llegan a ser de 4 a 6 mil pesos mensuales. Cada grupo (el otro se llama Elite, dirigido por Francisco Joya) logra morder 10 mil pesos diarios… o sea, unos 200 mil pesos mensuales por grupo, para habar en números cerrados.O sea, 400 mil pesos al mes en total… 2 millones 400 mil pesos al semestre. 4 millones 800 mil pesos al año.Suena bastante bien.
Pero hay inmunidad para aquellos negocios que llegan a un arreglito con algún funcionario de peso en el ayuntamiento de Puebla. Incluya a algunos regidores, que suelen llegar más rápido que al llamado de Batman en el momento justo de la extorsión del personal de Registro y Fiscalización, y detener la mordida.La decepción que provocan estos cuasi-superhéroes es que su intervención no es gratuita. Venden y ofrecen protección por una cuota menor: de 2 a 3 mil pesos mensuales.
El mérito de los trabajadores municipales es que han hecho de la mordida toda una maniobra de inteligencia y cálculo: en un sistema privadísimo de cómputo capturan en una fuente precisa de datos el estado actual de todos los negocios de la ciudad: ahí saben con precisión qué documento hace falta, qué permiso no tienen, qué regla infringen, y cada cuando les toca pasar la charola.Y si todo está en orden, inventan algo: quejas o denuncias ciudadanas inventadas, por ejemplo.No hay falla.No puede haberla.El genio de tal estrategia no puede ser otro que Marco Antonio Jiménez.
Pero todavía falta una cereza en el pastel: cheque que chulada.Para los operativos de inspección en la que suelen invitar a la prensa, preparan todo un sketch.La llamada llega dos horas antes para que el propietario del antro saque a los menores de edad, tenga a mano los documentos en regla, baje el sonido de la música y hasta barra el lugar para demostrar que todo está en orden en la Puebla de Zaragoza.El propietario del negocio suele estar bañadito y peinado. Sonriente.Tal esfuerzo no puede ser gratuito, tampoco.
Por eso, Víctor Téllez se queda con la módica cantidad del 50 por ciento de todo el dinero que entra por mordidas.Ya a estas alturas, el tal Téllez debe de tener una dentadura de oro.Quién lo fuera a decir, este rapaz individuo es un chavo menor de 30 años con pinta de fresa fracasado (menosprecia la clase media de la que proviene) y se las da de junior.
Para recordar al clásico: que asquerosidad es esto.
COMENTARIO: No podíamos esperar menos del "honorable" Ayuntamiento de Puebla.
Por cierto, ayer sí vino Fox, ni modo.
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