LAS FRACTURAS DEL PRI
Por Fermín Alejandro García
Esta semana ha sido negra para el gobernador de Puebla, Mario Marín Torres, pues los efectos por el escándalo del gober precioso no se han reducido, sino por el contrario, se han complicado. Algunas voces priistas que hasta hace unos días decían que había que defender al mandatario, ahora parecen estar cambiando, al parecer influidas por el resultado electoral del estado de México, las últimas encuestas en torno a la contienda presidencial, la demanda de Lydia Cacho ante la PGR, que no dejan de arreciar las críticas de la prensa nacional, que no hay solución al conflicto con el alcalde Enrique Doger Guerrero y, por si fuera poco, por los denuestos que el jefe del Poder Ejecutivo local sufrió el martes en el Centro Asturiano de la ciudad de México.
El panorama para Mario Marín exige que ya tome medidas firmes y de orden político. Si vuelve a sacar anuncios de radio y televisión –como el de la fiscalía contra pederastas que raya en la cursilería– como alternativa de solución al escándalo de Lydia Cacho o promete cosas que no se cumplen, la situación se le van a seguir complicando. Lo que necesita como mínimo es realizar un cambio profundo de su gabinete, ampliar sus alianzas políticas con grupos del PRI y dejar a un lado la soberbia y aislamiento en que se encuentra inmerso.
Del gabinete por lo menos cinco personajes debe de salir lo más pronto posible: la procuradora Blanca Laura Villeda Martínez, el director de la Policía Judicial, Adolfo Karam Beltrán; el consejero jurídico Ricardo Velásquez, el asesor Gabriel González Molina y el secretario de Gobernación, Javier López Zavala. Todos ellos han demostrado ser incompetentes y algunos de estos personajes son los autores directos de las arbitrariedades contra Lydia Cacho Ribeiro.
Con ello se reducirán las críticas contra Marín, aunque tampoco desaparecerán del todo. Nada le garantiza que se vuelva a repetir hechos como los del Centro Asturiano, donde dicen que los otros gobernadores priistas que estaban ahí reunidos con Roberto Madrazo para palomar las listas de candidatos sintieron pena ajena al ver el trato que le dieron reporteros y comensales al gober precioso, ya que el mandatario cuando no tiene junto a sus guaruras no se sabe defender. Hay quienes dicen que le está pasando lo mismo que a José López Portillo cuando dejó el poder, que le ladraban en los restaurantes en alusión a su frase de que defendería el peso “como un perro”.
La encuesta que publica Reforma este jueves en la que asegura que Madrazo redujo su índice de preferencias electorales cuatro puntos por el “gober precioso”. La polémica declaración del coordinador de la fracción parlamentaria del PRI, Emilio Chuayfett Chemor, de que la izquierda puede ganar la presidencia. La discusión que hay en el estado de México de que afectó más el descrédito de Marín o de Montiel para que el PRI perdiera terreno electoral luego de las votaciones locales del domingo pasado, son golpes mediáticos muy fuertes para el mandatario poblano.
A ello se debe agregar la demanda penal ante la PGR presentó Lydia Cacho contra Marín y varios de sus funcionarios por los delitos de cohecho, tráfico de influencias, abusos y tentativa de violación.
Todo esto evitará que por mucho tiempo el gobernador de Puebla, junto con Arturo Montiel y los hijos de Marta Sahagún, dejen de ser el símbolo del autoritarismo, la corrupción y lo que no debe pasar en la política. Solamente con una diferencia, el ex gobernador mexiquense y los vástagos de la primera dama por su posición pueden ocultarse, mientras que el mandatario poblano necesariamente tiene que aparecer en público, y si no lo hace, su gobierno seguirá en declive.
Todo este panorama puede llevar a que los priistas que lo defendían dejen de respaldarlo. Redefinan su relación con él y se convierta en la figura que se necesita para justificar reveses electorales, tal como pasó hace algunos años con Carlos Salinas, que eran los mismos integrantes del tricolor los que cuestionan a quien fue presidente de México entre 1988 y 1994.
Se sabe que una vez que estalló el escándalo del gober precioso, el candidato presidencial Roberto Madrazo si le habría pedido o sugerido a Marín que dejara el cargo temporalmente, a lo que se opuso el presidente del PRI, Mariano Palacios Alcocer, y por lo menos tres gobernadores del centro del país.
Posteriormente los legisladores federales priistas se unieron a la posición de mantener a Marín.
Pero con todos los factores antes mencionados hay que preguntarse: ¿Cuánto tiempo va a soportar Marín esta crisis? ¿Cuánto Madrazo y cuánto el conjunto de priistas que influyen en las decisiones del partido? ¿No van a acabar culpando a Marín de la derrota priista que se aproxima?
Dicen que hay una alianza con Abascal
Un rumor que ha corrido desde la semana pasada es que cuando Mario Marín Torres fue a visitar al secretario de Gobernación federal, Carlos Abascal Carranza, el resultado de la plática se tradujo en un buen acuerdo entre ellos, en el cual se vislumbra que el funcionario del gabinete presidencial ayudaría al mandatario poblano a mantenerse en el poder.
¿A cambio de qué? De que el PRI en Puebla se deje ganar por lo menos en siete distritos y la senaduría.
Y que por eso las palabras de Andrés Manuel López Obrador del pasado fin de semana en su gira por Puebla son acertadas, al señalar que se percibe una protección de la presidencia de la República hacia el “gober precioso”.
Otra versión apunta a que eso es falso. Que el rumor ha surgido de algunos sectores del PRI para justificar una posible derrota electoral en Puebla del tricolor. Me explico:
Es más fácil argumentar que por un acuerdo en lo obscurito con el gobierno federal se perdieron ciertos espacios electorales que reconocer que fue resultado de los escándalos del gobernador.
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