domingo, febrero 26, 2006

MARCHAN MILES EN CONTRA DEL GOBER PRECIOSO

Por Roberto Castillo, para El Noveno Colectivo

Recibí este excelente resumen vía email, enviado por su autor:


Con una serie de especulaciones sobre la seguridad y la respuesta gubernamental y en medio de rumores sobre la presencia de provocadores y agitadores (grupos de choque) priístas, comenzó la “marcha silenciosa por la dignidad” que convocó a ‘todos los poblanos que se sientan indignados’ por las revelaciones hechas por La Jornada durante la primera quincena de febrero y por la actitud del Ejecutivo poblano en torno a esta situación. La cita fue a las 11 de la mañana en El Gallito, reloj-monumento ampliamente conocido en esta ciudad capital, punto de inicio y referencia para diversas actividades sociales (11 Sur con Avenida Reforma).

Desde las 10 de la mañana, las calles aledañas a la esquina convenida como punto de arranque lucían colmadas por la presencia de una banda de orígenes socio-económicos distintos y que compartía una sola consigna: Mario Marín debe renunciar.

No fue hasta quince minutos después de las 11 de la mañana cuando los organizadores de la marcha (de un tal frente cívico poblano) dieron el banderazo de salida a los varios contingentes que tomaron por Reforma hacia el zócalo angelopolitano. En un conteo preeliminar, durante el arranque, se estimó la presencia de más de 10 mil personas. Cuando el grueso de la manifestación había alcanzado la altura de la 7 Sur, los varios contingentes se extendían como una marea blanca desde cerca de Catedral en el zócalo hasta la 13 Sur: siete cuadras.

Cuando el zócalo fue tomado casi en su totalidad por los manifestantes (12.30) comenzó el mitin organizado por el frente cívico sobre un templete frente a Catedral y justo donde hace no más de dos semanas el Delegado Zero se dirigió a los poblanos. El discurso de mujer elegida para sintetizar la indignación de los poblanos y la necesidad de que el “gober precioso” pida licencia, fue varias veces interrumpido por cantos y consignas generalizadas como: “Fuera Marín, fuera Marín” y “Marín no te queremos”.

Paulina, una niña de 11 años de edad, tomó la palabra y con fuerza habló sobre la necesidad de que los políticos sean honestos y que fomenten un ambiente de respeto, seguridad, transparencia y libertad que beneficie a las generaciones futuras. Se despidió aludiendo a su representación de ‘los niños de Puebla’ y la obligación moral que tiene el gobernador de renunciar.

Antes de finalizar el acto, Martín Barrios, periodista y defensor de los Derechos Humanos en la sierra de Puebla y que fuera encarcelado injustamente por defender la libertad de expresión, tomó la palabra brevemente para exigir que la situación política del Estado cambié y agradeció a Mario Marín la oportunidad de que los poblanos se activaran políticamente y estuvieran ahí en ese momento “luchando por la dignidad y el apego al Estado de Derecho”.

Finalmente, se leyó un mensaje enviado por la periodista Lydia Cacho en el que la autora de “Los demonios del Edén”, publicación que suscitó toda esta controversia, explicó que Mario Marín puede “ser un buen hijo, una buena persona elegida democráticamente, una persona con una trayectoria política de 25 años intachable” pero que, sin embargo, se había corrompido y caído en actos deleznables como su oscura vinculación con empresarios poderosos y el tráfico de influencias.

Así, Cacho pidió también la demisión del todavía Gobernador Constitucional del Libre y Soberano Estado de Puebla.

Varios de los entrevistados aludieron a su presencia voluntaria en la concentración a diferencia de los acarreos que se dieron en la marcha en favor de Mario Marín el 17 de febrero.

En otro conteo preeliminar, antes del cierre del mitin, se calculó la presencia de alrededor de 20 mil personas. Algunos de los organizadores admitieron que la concentración había alcanzado más de 40 mil personas y el diario electrónico e-consulta calculó cerca de 30 mil asistentes.

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