viernes, febrero 17, 2006

"KAMEL, UNA CALAÑA": MARIN

Por Valentín Varillas Henaine

El deslinde fue contundente. Que sea creíble, eso es otra cosa. Hay que reconocer sin embargo que fue la descripción perfecta.

En su gira mediática por la televisión nacional, Mario Marín utilizó calificativos durísimos al referirse al empresario textil, Kamel Nacif. Tratando de desmarcarse del patético personaje, el gobernador aseguró que "no tiene ningún interés de proteger a nadie, mucho menos a ese tipo de calaña de hombre".

Ya entrado en gastos, al ser cuestionado sobre su presunta amistad con él, Marín continuó con sus epítetos en contra de Nacif Borge. Dijo textual: "desde luego que no es mi amigo, no puedo ser amigo de quien atenta contra la ley y de alguien que es sospechoso de delitos contra menores".

Y después, poco después, el gobernador sugirió en sus declaraciones la culpabilidad de Kamel Nacif al afirmar: "como titular del poder Ejecutivo en Puebla no tengo ningún interés de proteger a nadie y menos a quienes están involucrados en atentados contra niños".

Pues, sí, estas frases pesan, y más cuando se hacen en horario estelar, en un canal de televisión que se ve en prácticamente en todo el mundo y en los espacios informativos más vistos del país.

Ahora bien ¿cómo reaccionará Kamel ante las declaraciones de Marín?

Lo que dijo el gobernador sobre Nacif es mucho más fuerte de lo escrito por Lydia Cacho en su libro Los Demonios del Edén.

¿También lo demandará por calumnias y difamación?

Y es que, en la investigación periodística realizada por Cacho, jamás existe un señalamiento directo, una acusación real en contra del empresario de formar parte de la red de pederastia y pornografía infantil más grande del país.

En el libro, se trascriben fragmentos de las declaraciones hechas por las menores víctimas de abuso sexual ante las autoridades de Quintana Roo, declaraciones que integran los respectivos expedientes del caso, pero nada más.

Entonces, lo declarado por el gobernador es mucho más grave que lo escrito por la periodista.

Insisto ¿cómo reaccionarán los delicados oídos de Kamel?

¿Acudirá nuevamente a solicitar la protección de las leyes?

¿Demandará?

No, por supuesto que no.

Y es que, de acuerdo con la lógica con la que se ha desarrollado este caso, es muy probable que ahora se minimice lo declarado por el gobernador cuando en su momento se maximizó lo escrito por Lydia Cacho.
La paradoja del asunto es que, sin querer, las declaraciones de Marín no sólo corroboran la investigación periodística hecha por Lydia Cacho sino que se basa en ella para deslindarse de Kamel.

Sí, el gobernador al final le dio la razón a la "delincuente".

Esto quiere decir que existe un reconocimiento implícito de que, para escribir su libro, Cacho se basó en hechos reales, en declaraciones de víctimas auténticas y en documentos oficiales.

Entonces, si Marín y Lydia "coinciden" en que hay elementos para determinar la presunta participación de Kamel Nacif en esta red de pederastia ¿en dónde están las calumnias?

¿Y la difamación?

Si no hay delito que perseguir ¿cómo explicar entonces que se haya girado una orden de aprehensión en contra de la periodista?

¿En qué se basaron?

¿A dónde está la lógica?

¿A dónde la congruencia?


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